Este texto fue enviado al negocio por Ángela Ávalos, periodista de La Nación, y a la semana pasada no había recibido respuesta.
Por Ángela Ávalos.
Soy cliente de los servicios del Hospital Hotel La Católica.
El domingo 25 de junio llevé a mi mamá Anáis Rodríguez Rodríguez al servicio de emergencias de ese centro médico, donde fue atendida por la ortopedista de guardia, la Dra. Villegas.
Muy amablemente, la especialista leyó la radiografía, confirmó una quebradura en la cabeza del radio del brazo derecho y procedió a enyesarla (por cierto, yo la ayudé sosteniendo el brazo de mi mamá). Por toda la atención recibida ese día, yo pagué más de ¢220.000.
Foto: Carol Adams. Imagen con propósitos ilustrativos.
Ante el caso de Ervert Knohr, quien dejó a su perro en una veterinaria y al regreso lo encontró con heridas y los ojos hinchados, Quienpagamanda.com conversó con Ileana Céspedes, coordinadora del Programa de Bienestar Animal de Pequeñas Especies del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), sobre qué opciones tienen los clientes.
En días pasados y, después de llevar un control estricto de mis finanzas en el BAC San José, me di cuenta que -desde hace varios meses- me están debitando de mi cuenta bancaria el seguro de vida de una persona que no conozco y que, mucho menos, he autorizado.